“Nosotros matamos menos”
Para Carlos Iván Degregori, por su ejemplo.
El fujimorismo intentó - ciertamente sin éxito- despercudirse del pasado vinculado a las graves violaciones contra los derechos humanos de los noventa. La candidata Fujimori creyó que un impostado “pido perdón por los errores y delitos” sería suficiente. Pero la realidad es más poderosa que el discurso y algunas palabras de sus propios voceros han puesto en evidencia cuál es el verdadero contenido proyecto fujimorista.
El significado de las palabras
No cabe duda que parte sustancial de la estrategia política electoral del fujimorismo ha consistido en pretender alejarse de los crímenes y latrocinios liderados por el padre de la candidata durante la década de los noventa. Para ello han dado varios pasos. Primero, quisieron desmarcarse de Vladimiro Montesinos imputándole toda la responsabilidad de los delitos. Luego, la candidata dijo que había criticado a su padre por mantener a Montesinos como su asesor. Más adelante, señalaron que Keiko Fujimori era diferente a su padre. Pero unas pocas palabras, en las que la candidata calificó al régimen de su padre como “el mejor gobierno de la historia”, se mostraron como la evidencia de que todo lo anterior era simplemente una finta electoral. Después, en el mitin de cierre de campaña en San Juan de Lurigancho y con la casi certeza que pasaba a segunda vuelta la candidata exigió palmas “para que se escuchen hasta la DIROES”. Parecía la escena de La Profecía en la cual el personaje sometido anuncia su muerte en honor a Demian. Esto lo hago por ti.
Tras su paso a segunda vuelta el fujimorismo persistió en la estrategia del engaño. Era el momento de un repentino pedido de perdón “por los errores y delitos”, que ciertamente nunca precisó. Pero si bien pidió perdón solo días en El Comercio declaró que los responsables de los asesinatos de Barrios Altos y La Cantuta son los integrantes del grupo Colina. Allí es cuando las declaraciones de Jorge Trelles irrumpieron y echaron por tierra toda la estrategia fujimorista. “Nosotros matamos menos” fue la respuesta que este, ahora ex vocero fujimorista, decidió lanzar como terrible justificación frente a los cuestionamientos por las violaciones a los derechos humanos perpetradas en el gobierno del papá de la candidata. Increíblemente en un primer momento la candidata pretendió justificar esas monumentales declaraciones acudiendo al Informe de la Comisión de la Verdad, lo cual evidencia que lo dicho por Trelles había causado serios estragos en el fujimorismo. Más allá que el vocero terminó en el closet fujimorista el pasado nuevamente le respiraba en la nuca a la candidata.
Entonces, durante las últimas semanas hemos asistido a una suerte de reality fujimorista en el que poco a poco la imagen electoral que deseaban presentar con el apoyo de la gran prensa se ha despintado aceleradamente y nos ha terminado de mostrar la verdadera cara de un proyecto político que tiene una contradicción sustancial con el tema de los derechos humanos, del cual Keiko Fujimori es solo una gigantografía que quiere ocultar lo que está detrás de ella.
Es una reivindicación de la CVR
Más allá del significado político de las declaraciones de Trelles es un hecho sinceramente curioso que sus palabras, en el fondo, no sean otra cosa que una reivindicación de la Comisión de la Verdad y Reconciliación y del Informe Final que desde su publicación tiene en el fujimorismo su principal detractor. El Informe Final y quienes lo escribieron han sido atacados sistemática y constantemente desde el bando fujimorista acusándolos de que es un documento sesgado y tendencioso para beneficiar supuestamente a los subversivos. Ciertamente en más de una oportunidad he podido constatar que quienes han atacado más radicalmente el Informe Final de la CVR simplemente no lo han leído o, lo que es peor, no lo comprenden, pero a pesar de ello han pretendido negar que en el régimen fujimorista se perpetraron violaciones a los derechos humanos de manera masiva y sistemática.
Pero justamente las palabras de Trelles dan cuenta -en bruto, claro está- de algo que el Informe Final de la CVR presenta estadísticamente. Sobre la base de miles de testimonios y denuncias presentadas ante el Ministerio Público la CVR señala que durante las dos décadas de conflicto armado interno es posible identificar de manera clara que, durante los años ochenta, frente al inicio y desarrollo de la violencia terrorista de Sendero Luminoso y el MRTA predominó una estrategia contrasubversiva que tuvo como elemento fundamental la utilización indiscriminada de métodos violentos como ejecuciones extrajudiciales, desaparición forzada, tortura, violación sexual contra la población principalmente campesina. La estrategia militar de “tierra arrasada” fue la constante de aquellos años y los casos de las matanzas de Pucayacu (1984), Putis (1984), Parco y Pomatanbo (1985), Accomarca (1985), Umaru y Bellavista (1985) El Frontón (1986) son la expresión más trágica de esa estrategia contrasubversiva.
Ese modelo de enfrentamiento a la subversión cambió sustancialmente con el Manual 41-7 Guerra No Convencional. Contrasubversión que el Ejército Peruano publicó a mediados de 1999 y que significó la instalación de una nueva doctrina militar para la contrasubversión. La CVR concluye que es posible constatar, con hechos objetivos, que durante la década de los años noventa existió un decrecimiento de las violaciones a los derechos humanos. Ciertamente la CVR precisa en cuanto a la desaparición forzada de personas que los primeros años de esa década constituye uno de los dos períodos con más casos registrados, lo cual no es poca cosa. Para la CVR ese decrecimiento de las cifras generales es el indicativo de que si bien se superó la estrategia de “tierra arrasada” lo que se implementó fue una estrategia selectiva para identificar a las víctimas. Pero igual se siguió eliminando personas. Eso es realmente lo que muestran las cifras.
Una prueba más contra Fujimori
Pero también la tremenda frase “nosotros matamos menos” podría ser considerada como una prueba extemporánea contra el condenado Fujimori. Se trata sin duda de un reconocimiento público de crímenes contra los derechos humanos que siempre fueron negados y que durante el juicio contra el ex presidente de la república pretendieron ser achacados a elementos militares que se desviaron de la estrategia contrasubversiva oficial: los integrantes del destacamento Colina. Ahora las palabras de Trelles reconocen a los muertos de los años noventa como sus muertos.
Seguramente por ello la hija del condenado Fujimori tuvo que reconocer que las palabras de Trelles eran “declaraciones desafortunadas”. No es para menos, porque el denodado intento de la candidata de desvincularse de aquellos crímenes fue –literalmente- eliminado por la vocación de testigo de Trelles.
¿Fujimori tuvo algo que ver con ese decrecimiento de víctimas mortales que Trelles reconoce con cierto orgullo? Si, y mucho. En el juicio se demostró que desde su posición de Presidente de la República y jefe supremo de las Fuerzas Armadas diseñó y alentó la implementación de una estrategia contrasubversiva que tenía como elemento clave el rol de los aparatos de inteligencia. Para ello otorgó todo a Vladimiro Montesinos que desde inicios de los noventa ya era el jefe de facto del Servicio de Inteligencia Nacional, determinó un cambio de los manuales de inteligencia militar para la contrasubversión, crearon el destacamento Colina y lo convirtieron en el instrumento de la nueva estrategia para enfrentar la subversión. De esta manera, bajo las reglas de esa nueva estrategia, se pasó de la eliminación masiva a la selección y eliminación de las víctimas. Entonces Fujimori –como dice la sentencia condenatoria del 7 de abril de 2009- asumió un rol protagónico para la comisión de los crímenes del Destacamento Colina y por ello fue señalado como autor mediato de los mismos.
Solo pocos días después de las declaraciones de Trelles el candidato a la vice presidencia por Fuerza 2011decidió ayudarnos a entender la dimensión del proyecto fujimorista. Rafael Rey dijo: “No me consta que Montesinos sea asesino”. O el ex viceministro de defensa es la persona más desinformada del mundo o desde el renovado fujimorismo han retomado la defensa del ex asesor presidencial. Desinformado no es. Entonces se trata de actos de defensa de alguien que pretende gobernar el Perú justamente a favor de alguien que fue condenado por asesinato cuando el señor Rey era ministro de Estado. Así, esa imagen que se despinta no solo nos muestra al condenado Fujimori como personaje central del proyecto político, sino también a un Vladimiro Montesinos que comienza a exigir un espacio propio. Los noventa están de regreso. Con todo incluido.